lunes, 26 de enero de 2009

DISEÑO CURRICULAR NACIONAL 2009: RELIGION SECUNDARIA

Este diseño todavía mantiene las dos competencias propuestas en el 2005: comprensión doctrinal cristiana y discernimiento de fe.
Sólo para los contenidos de conocimientos han incluido dos organizadores: formación de la conciencia cristiana, y testimonio de vida.
En la fundamentación (pag. 437) se afirma que la competencia de comprensión doctrinal es para que el alumno conozca, comprenda y sea capaz de ir formando una conciencia cristiana. La competencia discernimiento de fe es para que el alumno desarrolle su capacidad analítica y reflexiva frente a los acontecimientos de la vida y manifieste su testimonio de vida.
Entonces, los dos organizadores repiten lo que esta contenido en las competencias y por lo tanto sobran. Lo que ocasiona esta innecesaria adición de dos organizadores es complicar y confundir a los docentes a la hora de diversificar los contenidos.

En cuanto a los contenidos de conocimientos de primero a quinto, a pesar de que han puesto el organizador formación de la conciencia cristiana, y sin embargo, se han olvidado desarrollar los mandamientos que son principios fundamentales, de donde se derivan valores principales, y ambos son columnas vertebrales en la formación de una personalidad cristiana.
En este elenco de contenidos no se percibe un hilo conductor, ya que los organizadores utilizados, por lo que resalta a la vista, desorganizan.
Entonces, ¿qué permite presentar la fe de modo orgánico y sistemático? El Papa Juan Pablo II en la presentación del Catecismo nos lo dice con claridad: el misterio cristiano es el objeto de la fe (Credo); es celebrado y comunicado en las acciones litúrgicas (Liturgia y sacramentos); está presente para iluminar y sostener a los hijos de Dios en su obrar (Moral-mandamientos); es el fundamento de nuestra oración, cuya expresión privilegiada es el "Padrenuestro", que expresa el objeto de nuestra petición, nuestra alabanza y nuestra intercesión (oración). (Conf. CEC, Fidei Depositum,3)
Asimismo, hay que preguntarse ¿cómo deberá ser, en esta época, la educación religiosa? Un Biblista mundialmente conocido y cardenal Jose Maria Martini dice: “ La base de la educación cristiana es la Biblia… si no pensamos bíblicamente nos hacemos estrechos, adquirimos anteojeras en lugar de la amplitud de miras de Dios…implica también muchas costumbres sencillas: los domingos, las fiestas de la Navidad, Pascua…Una educación cristiana implica la capacidad de crítica y la expresión de la propia opinión…” (Carlo Martini, Coloquios nocturnos en Jerusalén. Ed. San Pablo. 2008. Pag. 32,33)

Finalmente, no se ve por ningún lado el enfoque de Aparecida: el anuncio de Jesucristo y el desarrollo de su vida, enseñanzas, milagros en cada grado de primero a quinto. Francamente, se ha perdido una gran oportunidad de diseñar un programa nuevo y que responda a los desafíos que nos plantea Aparecida de formar discípulos y misioneros de Jesucristo en la escuela.

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